Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro (pronunciación en portugués; Funchal, Madeira; 5 de febrero de 1985), más conocido como Cristiano Ronaldo o CR7, es un futbolista portugués que juega como delantero en el Manchester United Football Club de la Premier League de Inglaterra y en la selección de Portugal, de la cual es su capitán y máximo goleador histórico.
Identificado habitualmente en los medios de comunicación con el numerónimoCR7, es considerado con frecuencia el mejor y más completo futbolista y goleador del mundo y uno de los mejores de todos los tiempos, por un elevado número de personas y prensa vinculadas al deporte, así como también una de las figuras más mediáticas de su generación. Es, con 813 goles, el máximo goleador en la historia del fútbol profesional, y con 450, el máximo goleador histórico del Real Madrid Club de Fútbol, consiguiéndolo en las nueve temporadas que jugó en este club. Es además, según los portales expertos en estadísticas históricas de Rec.Sport.Soccer Statistics Foundation (RSSSF) y Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), el tercer máximo goleador en los campeonatos de Primera División de Europa, con 497 goles —mismo registro a nivel mundial Los datos son reconocidos por la UEFA y la FIFA.
Cristiano Ronaldo hizo su debut profesional a los 17 años, vistiendo la camiseta del Sporting de Lisboa, ingresando después del descanso en una derrota sufrida en condición de local a manos del Partizan en un compromiso de Copa UEFA. Podíamos ver que el joven jugador aún no se encontraba completamente desarrollado en lo físico: era alto y delgado, con una holgada camiseta y no solo porque ese era el estilo de moda de la época.

Nota: Las estadísticas y datos con promedios por 90 minutos fueron suministrados por Opta y StatsBomb, basándose en partidos disputados antes del receso obligado por la pandemia del coronavirus en todo el fútbol europeo, a partir de marzo pasado.
Cristiano Ronaldo ha sido un prolífico goleador y fuerza dominante en las ligas de Inglaterra, España e Italia en el transcurso de su ilustre carrera. ¿Cómo se ha alterado su estilo de juego, a medida que ha alcanzado diversos éxitos con Manchester United, Real Madrid y Juventus? Gab Marcotti ahondó en los datos.

Sus primeros años (2002-06)
El Sporting sabía que tenían en manos a alguien especial; sin embargo, como suele suceder con los jóvenes jugadores, existía el temor de que sufriera agotamiento mental. Adicionalmente, era probable que el club de Lisboa tampoco contara con la mayor claridad posible con respecto a la mejor forma de aprovechar al novel futbolista, oriundo de Madeira.
El foco de atención era en las destrezas más obvias mostradas por Ronaldo: velocidad en los espacios abiertos, la longitud de sus pasos y el alcance de sus largas piernas y la capacidad de desbordar a los rivales en marcación personal. El resto de sus habilidades aún estaba por descubrirse: Cristiano había jugado más hacia el centro en diversas ocasiones a nivel juvenil, pero fue casi exclusivamente utilizado como extremo en el primer equipo, tal como suele ocurrir con aquellos futbolistas que comienzan a jugar al máximo nivel.
Hay que darle espacios. Permitirle respirar. Darle la oportunidad de entender quién es.
La mayoría de ustedes conocerán la historia de cómo Sir Alex Ferguson estuvo decidido a fichar a Cristiano, luego que el portugués fuera protagonista en un partido amistoso de pretemporada entre Manchester United y Sporting en agosto de 2003. Sin embargo, el United ya le seguía la pista durante cierto tiempo. La mejor conclusión que podemos desprender de dicha anécdota es que ese encuentro no persuadió a Ferguson para contratar directamente al joven de 18 años para que jugara en Old Trafford. Por el contrario, el United lo tomó en préstamo al Sporting durante una temporada.

Sus primeros años (2002-06)
Cristiano Ronaldo hizo su debut profesional a los 17 años, vistiendo la camiseta del Sporting de Lisboa, ingresando después del descanso en una derrota sufrida en condición de local a manos del Partizan en un compromiso de Copa UEFA. Podíamos ver que el joven jugador aún no se encontraba completamente desarrollado en lo físico: era alto y delgado, con una holgada camiseta y no solo porque ese era el estilo de moda de la época.
El Sporting sabía que tenían en manos a alguien especial; sin embargo, como suele suceder con los jóvenes jugadores, existía el temor de que sufriera agotamiento mental. Adicionalmente, era probable que el club de Lisboa tampoco contara con la mayor claridad posible con respecto a la mejor forma de aprovechar al novel futbolista, oriundo de Madeira.
El foco de atención era en las destrezas más obvias mostradas por Ronaldo: velocidad en los espacios abiertos, la longitud de sus pasos y el alcance de sus largas piernas y la capacidad de desbordar a los rivales en marcación personal. El resto de sus habilidades aún estaba por descubrirse: Cristiano había jugado más hacia el centro en diversas ocasiones a nivel juvenil, pero fue casi exclusivamente utilizado como extremo en el primer equipo, tal como suele ocurrir con aquellos futbolistas que comienzan a jugar al máximo nivel.
Hay que darle espacios. Permitirle respirar. Darle la oportunidad de entender quién es.
La mayoría de ustedes conocerán la historia de cómo Sir Alex Ferguson estuvo decidido a fichar a Cristiano, luego que el portugués fuera protagonista en un partido amistoso de pretemporada entre Manchester United y Sporting en agosto de 2003. Sin embargo, el United ya le seguía la pista durante cierto tiempo. La mejor conclusión que podemos desprender de dicha anécdota es que ese encuentro no persuadió a Ferguson para contratar directamente al joven de 18 años para que jugara en Old Trafford. Por el contrario, el United lo tomó en préstamo al Sporting durante una temporada.

La vida de treintañero (2016-presente)
Finalmente, Cristiano ganó un torneo internacional importante con su selección, cuando Portugal dio la sorpresa ante Francia en la final de la Eurocopa 2016; sin embargo, el astro debió abandonar la cancha tras 25 minutos de acción, debido a una lesión. Los problemas cada vez mayores con su rodilla no solo le llevaron a perderse la pretemporada: su ausencia se extendió hasta las primeras semanas del torneo de su club.
Las dos campañas siguientes del Real Madrid tuvieron la sensación de que el club buscaba seguir ganando mientras su ventana de oportunidad se mantuviera abierta; y con un elenco prácticamente intacto, los merengues clasificaron a dos finales adicionales de Champions, alzando la Orejona en ambas ocasiones, sumando tres Copas de Europa consecutivas, aparte del campeonato de La Liga en 2016-17.
En esta etapa de su carrera, Cristiano ya había cumplido 30 años. Al igual que muchos de sus compañeros, dependía de la maña, técnica y experiencia, por encima del poderío atlético. En lo colectivo, la percepción frecuente era que el Madrid operaba en piloto automático, elevando su nivel sólo cuando era necesario. Justo lo que podemos esperar de un club lleno de veteranos.
Ronaldo encajó sin problemas dentro de este nuevo ecosistema. En la temporada 2016-17, anotó 19 tantos en Liga producto del juego abierto, su menor total desde su llegada al Bernabéu. Al año siguiente, convirtió 23 tantos, su tercer registro más bajo. Su cifra de remates decayó hasta alcanzar 5.88 en los dos años siguientes, una estadística menor a la de cualquiera de sus temporadas vistiendo la camiseta del Real Madrid.
Adicionalmente, regateaba muy poco (con 2.39 intentos) y cuando lo hacía, no era particularmente efectivo (siendo exitoso en apenas 0.99 oportunidades). Similarmente, hacía pocos remates a larga distancia, con un promedio de 43.5 intentos por campaña; menor a lo registrado en cualquier temporada del decenio anterior. Fue inefectivo en el juego aéreo, con solo tres tantos convertidos en dichas circunstancias.
Esto no era necesariamente un declive, especialmente si tomamos en cuenta sus estadísticas generales y su habilidad para crecerse en momentos clave. Los 86 tantos convertidos en todas las competiciones en esas dos temporadas solo fueron superados por Messi, mientras que su liderazgo se mantuvo indiscutible, con apariciones regulares en los pasajes cruciales de los cotejos.
Para confirmarlo, solo hay que presenciar sus actuaciones en los encuentros eliminatorios de la Champions League en su edición 2016-17: cinco goles entre ida y vuelta contra el Bayern Munich en cuartos de final, un hat trick contra el Atlético de Madrid en semifinales y par de tantos contra la Juventus en la final. Ese año, también convirtió cinco goles en los últimos cinco partidos de Liga del Madrid, que terminaron en sendas victorias blancas para ayudar al Real a recuperarse de la derrota en el Clásico español a manos del Barcelona y obtener el título de Liga por una nariz.
Al año siguiente, Cristiano anotó cinco tantos en rondas eliminatorias de Champions League. Entre sus víctimas se encuentran los poderosos Paris Saint-Germain y Juventus. En el Mundial de Rusia, su hat trick en el compromiso inicial de la selección portuguesa contra España fue otro recordatorio de lo que CR7 era capaz de lograr en sus mejores momentos.
Portugal quedó fuera en octavos de final. Poco después de concretarse la eliminación lusa, se anunció el pase de Cristiano a la Juventus. Tenía 33 años y viendo en retrospectiva, cuesta exagerar la magnitud de la transición que debía hacer, luego de pasar nueve temporadas con el mismo club. No solo se trataba de adaptarse al juego de la Serie A, sino también encajar dentro de un equipo sumamente exitoso en sus torneos locales, jugando de una forma no necesariamente compatible con las habilidades de Ronaldo.
El Real Madrid de Zidane y la Juventus de Max Allegri en el torneo 2017-18 eran dos animales muy diferentes. El Madrid hizo 4.2 remates por partido más que la Juve, mientras que su expectativa de gol era 30% superior. El club blanco presionaba mucho más y creaba mayores oportunidades tras la presión. Allegri tenía la tarea de hacer que el estilo de la Juventus se adaptara a Cristiano, mientras seguía cosechando resultados positivos.
Era una labor muy lejos de ser simple. Por eso, no debe sorprendernos que muchas estadísticas personales de Ronaldo mantuvieron su declive, tendencia que persiste en el torneo actual. Maurizio Sarri sustituyó a Allegri y en teoría, como un técnico con mayor tendencia a proponer y disposición al avance de sus jugadores hacia el área rival, su estilo debería ser más compatible con el juego de Ronaldo.
Sin embargo, luego de cinco años (y cinco títulos consecutivos de liga, dos Supercopas y cuatro Copas de Italia) al mando de Allegri, toda la plantilla ha sufrido un difícil proceso de transición. El propio Sarri ha confrontado dificultades en su búsqueda por hacer que su nuevo plantel juegue acorde a sus intenciones de forma constante. En retrospectiva, el anuncio hecho a principios de campaña de que Cristiano «no necesitaba preocuparse» por sus instrucciones tácticas, sino que el resto del equipo trabajaría a su servicio, quizás no fue la mejor idea para el flamante jefe a cargo de la Vecchia Signora.
Esa combinación (nómina inestable, un cambio de técnico, una filosofía diametralmente opuesta al espíritu del Real Madrid) no ha sido fácil de navegar para Ronaldo.
Antes del receso obligado de la Serie A en marzo pasado, su producción goleadora exceptuando penales (0.50 el año pasado, 0.60 en el actual torneo) ha decaído a niveles que no veíamos desde su último año en Old Trafford; su cifra total de remates también ha disminuido (5.36 y 5.44) y su xG (0.60 y 0.48) también ha bajado a un nivel no visto desde su primera temporada en España. Su proporción de remates a larga distancia fue cónsona con las cinco campañas anteriores (37.7%) pero convertía de forma sumamente esporádica en esas circunstancias: apenas un tanto en 112 intentos a distancia mayor a 21 yardas vistiendo la camiseta Bianconera.
Por otra parte, sus promedios de toques en el área rival han aumentado sustancialmente (8.44 en el torneo anterior, 13.43 para este año; siendo los más altos de su trayectoria, con la excepción de uno de sus años con el Madrid). Esto nos sugiere que sus compañeros se mantienen decididos a buscarlo, pero es probable que no le entregan el balón en los mejores sitios para infringir daño a los oponentes, contrario a lo visto en el pasado.
Es difícil divorciar el estilo de juego de la Juventus, su inestabilidad en la plantilla y los cambios en la dirección técnica, de la actuación personal de Cristiano y no existen dudas de que nos encontramos frente a un jugador distinto que, quizás de forma comprensible si tomamos en cuenta su madurez, no llega a alcanzar los niveles sobrehumanos de temporadas anteriores.
La cuestión radica en su capacidad a adaptarse a esta «nueva normalidad» y si cuándo (¿si acaso?) la Juventus logre recuperarse, Cristiano Ronaldo será capaz de acercarse a ese nivel que mostraba cuando solía disfrazarse de centrodelantero con tendencia a ir por la banda izquierda. O si podrá reinventarse una vez más. O bien, mientras se acerca a sus 35 años, el Padre Tiempo finalmente podrá pasarle factura.